10 mar 2012

10 km Villa de Laredo 2012

Y por fin llega Laredo...
Para esta carrera he llevado un plan específico de entrenamiento, y aunque tengo muchas dudas sobre la marca que haré, estoy bastante ilusionado con la carrera.
Por una parte llego con ganas y por otra con una sensación de desorientación, pues no se exactamente en que estado de forma estoy, ni que ritmo intentar mantener.
El plan que he seguido es para hacer 10k en 40 min de Martín Fiz, pero ya he visto que no he podido seguir los entrenamientos más exigentes, y me cuesta mucho pensar que pueda hacer los 10 en 40 min.
Según mis cálculos debiera andar por los 41. En el mejor de los casos 40 altos, pero todo está en el aire, ya que en el plan no tengo carreras de test ni referencias claras de que marca buscar.

Con estas premisas me decido a salir arriesgando en la carrera.
Saldré y empezaré a rodar fuerte, a un ritmo lo más cercano que pueda a los 4 min/km, y luego a ver hasta cuando soy capaz de mantenerlo.
Foto con la hinchada.


Durante todo el día, la preparación para la carrera va muy bien: cojo el dorsal por la mañana para ir con tiempo, como pronto y voy a Laredo antes que Ana, Pablo e Irene, que se reunirán conmigo más tarde.
Estoy con casi dos horas de antelación. Aparco el coche sin ningún problema.
El viaje bien, todo bien.

Me acerco a ver el ambiente.
Más o menos una hora antes me visto para calentar. Voy estirando músculos y dando un paseo hasta un bar cercano donde me tomo un café.
La verdad es que me noto muy activado y dudo en si tomarlo, pero esto ya es costumbre, y además me ayuda a pasar al baño. De hecho es así y con algo más de 45 minutos troto calentando.

Todo preparado antes de la carrera.
Al trotar me noto pesado y la garganta me molesta.
Caliento sin ir a ritmos altos, y me pasa lo mismo que me sucede siempre que caliento para carreras en las que quiero rodar rápido, que me cuesta bastante esfuerzo rodar ligero, y la cabeza empieza a pensar que no seré capaz de ir al ritmo objetivo.
El caso es que me encuentro con el resto de la expedición y con Yolanda y Carlos que se han pasado con Javier por Laredo. Charlamos un rato y cuando quedan 25 minutos decido rodar un par de kilómetros para luego ir a coger sitio en la linea de salida.
Las sensaciones se vuelven negativas en el calentamiento, pero me concentro y pienso enque estoy preparado y de que lo voy a hacer bien cuando llegue el momento.
Voy a la linea de salida y me pongo en el cajón de los 40 min.
Todo está preparado. Espero la salida y con un poco de retraso salimos....

Salimos.
Hay mucha gente y me concentro en no pisar a nadie.
Tardamos 100 o 200m en poder correr, pero luego puedo correr a mi ritmo.
No deja de ser una pequeña pérdida de tiempo, pero esta vez han debido de ser solo unos segundos, por lo que no le doy mucha importancia.
Saludo a Ana en el primer paso por la recta de meta y sigo sorteando corredores.
Primer paso por donde Ana. Aún pronto para conclusiones.
Voy bastante ligero, y me decido a no mirar el reloj hasta el primer km. Veo corredores que conozco de otras ediciones, y progreso a mi ritmo sin seguir a nadie.
Tras hacer toda la recta y mirar el reloj antes del primer km veo que tengo un acumulado de 4:00 y un ritmo de 3:50. Me decido a seguir así un poco más, pero veo las pulsaciones a 179/180. Por una parte es lo que esperaba, aunque me asusta el tenerlas tan altas desde tan pronto.
Tras pasar por el primer km la carrera se ha estirado.
El paso es de 4:04, y me decido a seguir a este ritmo el tiempo que pueda.
Seguimos avanzando y cuando vamos por mitad del segundo kilómetro empiezo a notar que el ritmo ya no lo puedo mantener con tanta alegría. El acumulado me marca 4:01, con lo que voy muy bien.

Realmente la carrera empieza tras el segundo kilómetro. Hasta allí no tengo dudas de que podría estar más o menos bien, pero la duda es si podré aguantar el ritmo más allá del km 4,... o incluso hasta el 10.
Pasamos por el km2 y las piernas empiezan a pesar, pero el ritmo que me marca el reloj es bueno. Acumulado de 4:03, con lo que empiezo a pensar que en el mejor de los casos hará un 40:30-41.
Ahora ya cuesta esfuerzo correr.

El tercer kilómetro lo paso algo mal, y veo que no puedo mantener el ritmo. Me empiezo a notar un poco torpe en el correr, pero decido pasar del crono y centrarme en la situación de carrera. Busco alguna referencia de corredores a los que seguir.
Es muy curioso que todo el mundo va muy metido en la carrera, mucha concentración, silencio y hasta tensión. Está claro que para casi todo el mundo esta es una carrera muy seria.

Veo que me pasa poco a poco un corredor que apenas mueve los brazos al correr, pero al que se le ve muy concentrado en el ritmo de carrera. Estoy casi seguro de que sería una referencia muy buena para llegar cerca de los 40min, pero ya he descartado poder correr en 40, y tengo en mente hacerlo en 41.
Voy muy al límite de pulsaciones, y la sensación es de no poder forzar más.
Sigo a mi ritmo.
En el km4 el acumulado sigue engordando y ya me marca 4:05. Es muy buen ritmo, pero se que voy perdiendo segundos y no me siento con fuerza de poder apretar.
Segundo paso.
Todo el último km ha sido un suplicio, y eso que he pasado por delante de Yolanda y Carlos que me han animado.
Estoy ya terminado la primera vuelta. Al paso por meta pienso que ya solo queda otra vuelta, e intento animarme.
Cuando aún me queda medio km para mitad de carrera la sensación de no poder seguir el ritmo es muy agobiante. Veo el parcial que llevo y por un segundo me planteo esprintar hasta el km 5 para hacerlo por debajo de 20 min y abandonar allí.
Desecho la idea y me dispongo a intentar caer lo mínimo posible en los últimos 5km.
 El acumulado me marca ritmo de 4:06 al paso por mitad de carrera, lo que me da una proyección de 41 minutos, pero veo que es imposible hacer la segunda mitad de la carrera igual que la primera.

He ido a un ritmo demasiado ambicioso.
De haberlo sabido hubiera salido a ritmo de 4:06-4:09 desde el principio, pero es lo que hay. Paso por el puesto de agua y cojo una botella, casi más para olvidarme del sufrimiento que por lo que pueda llegar a beber, que es un sorbo.
Se la ofrezco al corredor de delante, antes de tirarla. Todos vamos muy metidos en la carrera y todo son caras de concentración.
Delante mio veo a una corredora de coleta negra, me decido a ir a su ritmo. Me pego a ella y voy sufriendo. Ya no pienso en ninguna marca, tan solo en terminar la carrera manteniendo el nivel de exigencia, y que sea lo que Dios quiera.
Última vuelta.
Las piernas me van muy pesadas y pasamos por el km 6. Miro el acumulado y veo 4:07. Si sigo cayendo así terminaré la carrera en 42. Rompo un poco el ritmo en algunos tramos y me viene bien para recuperarme. Este último km he bajado el pistón, pero me siento con fuerzas de apretar los cuatro últimos, ya que si sigo bajando el ritmo se me escaparán hasta los 42 minutos.
Aunque voy cediendo poco a poco, lo curioso es que no hago más que pasar a corredores que van mucho más fundidos que yo.
Cuando estamos a punto de pasar por el km7 veo a unos metros mios a Marian, la corredora con la que hice unos km en Arrigorriaga.
Me concentro en mi ritmo y poco a poco le vamos recortando. El GPS me marca que corro en torno a 4:15, y aún así la voy recortando distancia poco a poco.
Al llegar a su altura la saludo y le pregunto si llega a ese ritmo hasta meta. Me contesta que va muy mal y que siga para delante.
Sin fuerzas mantengo mi ritmo y me adelanto poco a poco.
Dándolo todo antes de entrar en el último km.
Ya solo quedan 2 km y viendo el tiempo acumulado de 4:09 se que tampoco voy a terminar en 41:30. Me encuentro demasiado lejos de la meta como para un esfuerzo final. Es curioso que aunque haya bajado el ritmo, son muchos los corredores que sigo pasando. Eso si, muy muy despacito y poco a poco, pero hay bastantes corredores muy pinchados.
Supongo que irán a ritmo de 4:30 o así, con lo que les recortas 15 segundos en un km.
La recta de vuelta al pueblo voy aguantando mi posición. Dejo atrás a la chica de coleta y me uno a unos corredores.
Antes del último kilómetro paso a un corredor que lleva una respiración agónica. Entrecortada y que denota un sufrimiento extremo.
Me cuesta entender como puede llegar a meta.
Lo que si que es claro es que va absolutamente roto. Yo voy sin poder apretar más, pero sin cesar de presionarme para correr a ritmo lo más mantenido que puedo. Desde que vi el km8, mentalmente recuerdo las series de entrenamientos que hice cercanas a ritmo de 4 min/km estando muy cansado y con sensación de ir muerto.
Me agarro a ese recuerdo y empiezo a sentir que la carrera no ha ido tan mal, no me explico muy bien el pasar a corredores, pero puede ser que la mayoría de la gente salga a arriesgar incluso más que yo en esta carrera y busque hacer los primeros km muy rápidos y llegar a meta como se pueda.
Cuando entro en el último km mi único pensamiento es el de cambiar de ritmo en cuanto tenga la meta a la vista y el hacer una marca por debajo de 42 minutos.

Conmigo va un corredor local al que le anima todo el mundo. Vamos juntos, pero en mundos distintos, a cada curva yo la trazo más cerrada y el se abre más, me recorta en la recta, se pone a mi altura y me supera y en la siguiente curva le vuelvo a adelantar. Nos miramos como si no corriéramos en la misma carrera. Decido ir con él hasta 200 o 300 metros de meta y apretar.
La gente le sigue animando y aunque no hayamos subido mucho el ritmo, ahora si que ya no guardo nada. No me gustaría llegar andando a la meta por haberme vaciado 200m antes de ella, con lo que sigo su ritmo y no acelero.

Cuando estamos en la recta de meta y vemos la primera pancarta, él acelera. Yo no cambio de ritmo, pues aún quedan unos 300m hasta la linea de meta. Me toma unos metros.
Cojo aire y me preparo para aguantarlo y hacer una serie de 400m.  Poco a poco voy subiendo el ritmo y cambiando la zancada.
Respiraciones de serie y empiezo a recortar distancia. Cuando estoy a pocos metros de él siento a un corredor que viene lanzado detrás mio en pleno sprint. A mi me queda un poco de velocidad por ganar aún y me mantengo.
A falta de 100 metros el corredor que venía esprintando por detrás se pone a mi altura y pasamos al local, que sigue rápido, pero no esprinta. Cojo aire, aprieto los dientes y esprinto a tope buscando máxima velocidad y el llegar a meta manteniéndola.
Dejo atrás al otro corredor y paso a otro cerca de meta.
Cuando suena el pitido del chip veo un 42:03 en el crono de la meta. Lo me me hace pensar en que he estado por los 41:50 en mi tiempo real.
Miro el crono tras recuperarme y veo que es así: 41:45.
Me pilla un poco de sorpresa y no sé que pensar de la marca.
Por un lado contento por haber conseguido no caer mucho en carrera y haber hecho por debajo de 42.
Por otro decepcionado pues creía que podría haber corrido en 41 bajos.
El caso es que no se muy bien que pensar, de las últimas carreras de 10k a esta, mejorar de 42:30 a 41:45 no me parece muy significativo, y justo en ese momento giro la cabeza y veo los que están entrando en meta. El crono de carrera marca 42:50. Es decir, lo que supuestamente he mejorado sobre mi anterior marca. Parece que acabé la carrera hace una eternidad, y 45 segundos son poco menos de 200m de distancia en carrera,... sonrío y me doy cuenta de que he llegado al punto en el que las mejoras se miden ya por segundos y no por minutos.
Todavía hay que correr mucho para llegar al 40. Por delante están el 41:30, el 41, el 40:30 y el 40. O incluso más intervalos.
Bien, no tengo prisa.
De todos modos aún sin haber terminado de coger aire tengo un regusto a búsqueda de revancha...

Me pregunto si seré capaz de volver a correr un 10k como hoy o si lo de hoy ha sido una marca demasiado buena... bueno, la semana que viene hay carrera en Villasana de Mena: habrá que comprobarlo allí. ;-)

1 comentario:

  1. arriba, bajar 15 segundos es muchisimo!!, voy a seguir tu blog, mi mejor marca fue 41:18 en noviembre de 2011 y aun siento que llegar a bajar los 40´está muy lejos

    ResponderEliminar