21 dic 2010

Falta de referencias: ¿falta de motivaciones?

Siempre he hecho mucho deporte y he corrido en mayor o menor medida.
De pequeño ganaba a los chicos de mi curso (eramos 5 chicos y 35 chicas :-P ). Pero también ganaba a la mayoría de los de un año más.
Con 9, 10 años empecé a jugar a balonceto y lo hice hasta los 26 que me retiraron los tobillos. Se me daba bien y era bastante bueno. De pequeños con 11 años hice 3 de ciclismo, y solía quedar entre los 10 primeros cuando era de los mayores del año.
De 11 a 14 años ganaba en el colegio las carreras, y ahí si que éramos 40 chicos. Yo era todo piernas, por desarrollarme, me llevaba el viento.
Sin ser ningún crack, era un buen atleta.
Luego llegaron las lesiones de tobillo, y me dediqué por completo al baloncesto. Me encantaba ese juego. Lo dominaba. Me encantaban los engaños, la anticipación, la técnica, y sobre todo la precisión necesaria en el tiro tras una explosión anterior en la penetración/ finta. Me gustaba las 1000 formas distintas que hay de hacer una canasta,...visualizaba las jugadas y me encantaba jugar. Una pena que todo aquello terminó. Es en lo único en lo que he tenido una sensación de dominio y de control.
Sobre correr, no lo hacía mal, pero lo mio eran carreras cortas. 1k, 3k,.. todo fuerza. Por encima de esto me pasaban factura mis 80-85 Kg de peso, que para un base de 1,81 no estaban mal, pero para correr más de 3k son bastante lastre. Aún y con todo solía entrar entre los 10 primeros cuando no estaba lesionado en las carreras en BUP, y ahí ya éramos bastantes y había gente con mucha capacidad.
Eso si, en aquel entonces ya me di cuenta de que mi cuerpo no se adaptaba a una carrera de 10k.
He de reconocer que me costó aceptar que no pudiera destacar en todo si me lo proponía, o por lo menos no en todo igual de rápido.
Se me daba bien el baloncesto y seguí por ahí.
Siempre he corrido como preparación. Pero pocas veces más allá de 5km. De joven recuerdo que apuntaba mis marcas en 1km, 3km,... pero ha pasado el tiempo y no las recuerdo.
Me encuentro sin referencias.
Tras el baloncesto vino una etapa anárquica de Squash, gimnasio y correr sin mucho fundamento. Una o dos veces a la semana si podía.
De unos años a aquí lo único que me puedo permitir es correr.
Si me acerco a una cancha de baloncesto, ni se me pasa por la cabeza saltar como hace 10 años, pero cuando tomo tiempos de carrera me sorprendo.
Estoy seguro de que nunca hice 5k en menos de 20 minutos (o eso creo). Y ahora no me parece una marca inalcanzable a un año vista.
Nunca he seguido un entrenamiento para correr, y el pensar que a mis 38 primaveras ya cumplidas pueda estar corriendo más rápido que en toda mi vida me da un plus de motivación.
No lo sé a ciencia cierta, pero lo que si que está claro es que estoy en mucho mejor forma de lo que he estado en toda mi vida adulta.

Soy un competidor nato, y el instinto de ir a buscar metas y objetivos no ha tardado en asomar. Hace tiempo que renuncié a ir a más físicamente en nada, y me encuentro con que estaba equivocado.
El no haber hecho un entrenamiento específico anteriormente me hace mejorar. Pero ¿Hasta cuando?. ¿Qué marcas podré lograr?. ¿Qué objetivos son sensatos?.
Me encuentro completamente perdido, con la sensación de que estoy a un paso de ponerme metas a las que no voy a poder llegar y a otro paso de frustrarme, y ya tengo muchas cosas por las que frustrarme como para cargar con otra más.
Todo esto me incomoda.
La ausencia de medidas, de referencias y de objetivos reales.
Siempre me he considerado un buen competidor.
No me refiero a lo que se suele entender por competitivo desde el punto de vista de: "todo vale para ganar", pensamiento que odio y del que estoy en completo desacuerdo. Si no a competidor desde el punto de vista de darlo todo y llegar hasta donde te lleve tu esfuerzo.
Esa es la verdadera motivación que me hace correr o hacer otras cosas.
Darlo todo.
Algo sucede dentro de mi que me hace sentir bien.
Si persigo un objetivo para el que me he preparado y lo consigo esa sensación es mayor. Pero lo que me gusta es la entrega, el pundonor, la casta.
Eso que me dijo una vez mi entrenador de ciclismo: "tienes casta".
Y no me lo dijo cuando quedaba delante en las carreras, ni cuando entrenaba para ganar a mis compañeros. Me lo dijo un día que me caí en la salida de la carrera y salí el último muy por detrás. Podría haberme retirado, pues solía quedar delante y ya no tenía nada que hacer, pero no lo hice. Di las tres vueltas enrabietado al circuito con una rodilla sangrando y esprintando para pasar a alguno de los últimos. Llegúe roto, él me salió a recibir, me cogió del hombro y me sacó de la llegada mientras decía, "tú si que tienes casta".
Yo estaba muy decepcionado por haberme caido en la salida y por haber quedado entre los últimos, pero ahora lo miro en la distancia, y desde luego que vaya par de huevos que tenía aquel chaval que se hizo la carrera completa a todo trapo sabiendo que no tenía ninguna posibilidad de quedar entre los primeros. ¿Por qué coño entró entonces sin respiración medio muerto?.
Hace unos meses quizás habría respondido que era cuestión de pundonor, pero hoy hay una parte de mi a la que escucho con más fuerza que me matiza esa razón.
Hay algo salvaje que surge desde dentro de mi y que se abre paso. Una voz que lleva mucho tiempo silenciada y que me dice. "Tú eres así. Siempre lo has sido. Siempre lo has querido ser. Y siempre lo serás. Lo has buscado, lo has potenciado y lo has valorado. Eres así aunque te empeñes en olvidarlo. No necesitas marcas para salir a morir. No necesitas carreras para darlo todo. No necesitas razones. Escucha al animal que hay en tí."

Y es verdad, hoy pienso así.

Hay algo en mi que se está despertando.
Me encuentro con la necesidad de correr.
De correr rápido, no a 3:30, ni a 4, ni a 4:30 ni a ninguna marca del GPS.
Me encuentro con la necesidad de correr rápido.
Mucho o poco tiempo, sprint o 5 km. Pero correr, volar y tomar contacto con el animal que hay en mi.

Esa es mi razón.

Por eso no puedo hacer una carrera larga a ritmo lento sin un km fuerte o no puedo hacer las series sin morir en la última o no puedo hacer ritmo si no me pongo los dos últimos km a tope.

Esos son mis momentos.
Si a estas alturas no entiendes nada de lo que lees no creo que pueda explicarlo de otra manera, pero si algo de lo que lees te resulta familiar, entonces tú también oyes al animal que llevas dentro.

Mis marcas nunca serán nada del otro mundo, pero serán mi mundo. Y hoy sé que incluso sin crono, sin gps, sin circuitos, puedo salir de casa, correr y estar en contacto con mi naturaleza más profunda, esa parte de mi que sospeché se había perdido.
Eso no tiene precio.
Ese es el fin.
Y hoy sé que es así de sencillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario